Más allá de la moda de migrar a la nube

¿Necesitas hacer una migración? No dejes que tu empresa lleve a cabo un proceso tan crucial para tu negocio arrastrado por meras modas de «subir a la nube» o de «pasar al cloud computing». Como expertos en procesos de migración a la nube, desde Occentus te recomendamos detenerte por unos instantes y evaluar de forma rigurosa las necesidades. Dejarse llevar por modas, campañas publicitarias y los reiterados y engañosos intentos de vincular la nube a una supuesta modernidad en tu negocio, cuando simplemente estamos hablando de virtualizar o incluso simplemente de hosting, y no de distribuir y dotar a tu negocio con la flexibilidad y potencial que las tecnologías Cloud pueden aportar. No sería la primera vez que nos topamos con empresas frustradas tras haber caído en un grave error, que casi siempre acaba afectando al correcto servicio de tu empresa.

Estamos ante el Cloud-washing, la nueva moda que viene a aprovecharse de una tecnología apasionante y llena de ventajas como el Cloud, para dar una mano de chapa y pintura para volver a colocar lo mismo de siempre.

Hay empresas que deciden cambiarse a la nube simplemente porque es lo que todas las demás empresas están haciendo. ¿Solucionará este cambio tus problemas? No, no vale con pasar tu infraestructura física a un entorno virtual sin preguntar antes al menos por qué hay que justificar este cambio. Debes tener un plan, un plan de migración y saber cómo aprovechar al máximo todas las ventajas que ofrece la nube, si es que te las ofrece para las necesidades concretas de tu negocio.

Tu negocio es único, trátalo como tal

En primer lugar hay que saber exactamente qué es lo que se quiere y necesita. Y valora los riesgos que estás dispuesto a correr.

Desde Occentus, llevamos más de 10 años enfrentándonos día a día con estas situaciones. Te recomendamos que te plantees estas 3 preguntas antes de empezar una migración a la nube:

  • ¿Qué activos hay que mover a la nube y qué requiere cada uno?
  • ¿Vas a hacer la migración tú solo o con ayuda?
  • ¿Qué resultados esperas que hayan mejorado después de la migración?

No es lo mismo querer que tu empresa pretenda transformar gastos de infraestructura en favor de los gastos operativos por motivos contables, o que persigas liberar a tu equipo de TI para así trabajar en otros proyectos o que busques usar la nube para obtener un mejor rendimiento y una seguridad más robusta y así eliminar problemas y sistemas heredados. En fin, cada objetivo es diferente y un plan de migración nunca será idéntico a otro dependiendo de cuál sea la prioridad principal.

Cómo empezar

Ok, si ya lo tienes claro, ¿por dónde empezar? Pues por lo básico. Las empresas deben preguntarse qué quieren trasladar a la nube y el qué quiere decir qué exactamente. Parece obvio, pero es fácil olvidar algo en el camino. Así que ejecuta este primer proceso con precisión.

PASO 1: averiguar qué se migra

Todo comienza con la identificación exacta de qué datos y aplicaciones tienes que migrar y adónde. Desde Occentus nos hemos encontrado con migraciones en las que nuestros clientes no sabían que determinada parte de su negocio ya se alojaba en servicios cloud computing.

Una vez que está definido, hay que priorizar. Es decir, asigna un valor económico a cada conjunto de datos o aplicaciones para saber qué partes de la migración son más críticas. Calcula riesgos y beneficios de cada migración. Además, debes valorar de la mano de profesionales si es más conveniente migrar a una nube, pública, privada o híbrida.

A su vez, si tu negocio está sujeto a regulaciones, deberías valorar si la nube cumple con las normativas que debas cumplir, como por ejemplo HIPAA, PII, PCI y también las posibles reglamentaciones internas.

PASO 2: identificar actores participantes

Una vez que sepa lo que tiene, el próximo paso es identificar qué personas están involucradas. Determine quién administra y usa cada aplicación en la nube y luego reúnase con ellos para recabar información.

PASO 3: Identificación de los recursos

Saber dónde están los recursos también debe formar parte del plan de migración: ¿qué servidores y servicios están ejecutando estas aplicaciones y sus datos corporativos? ¿Dónde están ubicados físicamente? ¿En qué formatos? Una migración a la nube es un gran momento para deshacerse de la infraestructura anterior y, por tanto, es el momento idóneo para considerar qué aplicaciones que se ejecuten como hardware podrían dejar de utilizarse o consolidarse en otras.

Encontrar las aplicaciones es la parte fácil, pero no lo es tanto determinar qué capacidad están utilizando ni cuantos recursos se les debería reservar, esta es la parte mas compleja y delicada. Es fundamental conocer qué capacidad necesitamos para cada aplicación, para evitar que las facturas de la nube se disparen. La migración a la nube debe hacerse para pagar únicamente por lo que se está usando. Ni más ni menos.

PASO 4: Cómo funciona

El último paso es observar cómo funcionan sus aplicaciones. Antes de mover nada, analice de qué modo está diseñada y conectada cada aplicación para aclarar si es necesaria la alta disponibilidad o redundancia, y si pueden moverse de forma transparenta evitando tiempo de inactividad. Saber exactamente cuánto durará cada movimiento reduce el riesgo de clientes insatisfechos o, lo que es peor, incumplimientos de contratos.

Es imprescindible hacer un análisis exhaustivo para valorar todas las posibles consecuencias antes de migrar.

Planificación

La siguiente parte del plan de migración será convertir el plan inicial en una hoja de ruta. Es conveniente mantenerla lo mas sencilla posible,asigne un líder claro a ella, un responsable del proyecto que, a ser posible, disponga de capacidad de decisión suficiente y sea imparcial para mantener a todos dentro del guión marcado por la hoja de ruta a través de las reuniones, llamadas o correos electrónicos que sean necesarios. Mantenga a todos los implicados dentro del proceso para generar confianza y ayude a evitar sorpresas.

Prueba de carga y redundancia

Antes de entregar una nueva plataforma, tenemos siempre la sana costumbre de llevar a cargo una prueba de carga y de redundancia. No es lo mismo analizar y verificar el funcionamiento de la infraestructura con carga que sin ella. De la misma manera que no es posible evidenciar el comportamiento y redundancia, sin probarlo. Antes de llevar a cabo la migración, es importante ejecutar una batería de pruebas tanto sobre el mismo proceso de migración como de de la propia plataforma. En estos puntos, es importante tirar abajo tanto balanceadores, como dispositivos de almacenamiento o las diferentes partes que compongan la infraestructura. Es una forma excelente de averiguar qué sucede cuando los servidores, o diferentes partes que la componen se apagan y vuelven a encender. Porque todos sabemos que no todo suele arrancar a la primera. Encontrar y corregir estos errores o disfunciones o identificar el comportamiento de las aplicaciones antes de completar la migración puede ahorrar muchos imprevistos de última hora.

Si se dispone de tiempo y recursos, una buena forma de verificar una estrategia de migración y respaldo, puede ser mover el propio entorno de recuperación ante desastres a la nube. Esto ofrece a todos los implicados en el proceso una visión mucho más precisa de los tiempos y riesgos potenciales. Como beneficio adicional, dispondremos de un entorno de respaldo virtualizado al mismo tiempo, por lo que pudiera pasar.

Conclusiones

La mejor manera de controlar el riesgo de una migración a la nube es definir una detallada hoja de ruta y seguir todo el proceso detallado en ella y, sobre todo ir acompañado de un equipo profesional que haya pasado una y otra vez por todo el proceso, encontrando y depurando los pasos y procedimientos a lo largo de los años.

En Occentus contamos con más 10 años de experiencia administrando infraestructuras distribuidas y en la nube, incluida la migración de entornos corporativos, la migración de nubes híbridas y la migración en la nube adecuada a pequeñas empresas. Elija un proveedor con experiencia que le ayude en todo el proceso para reducir los riesgos y aprovechar todas las ventajas del verdadero salto a la nube.